Autoafirmarse es asumir las virtudes externamente, desde los esquemas sociales, no está mal, pero eso no es realmente Valorarse.
Es un paso al valorarse, pero también puede ser una trampa que nunca te permita verte completamente, en la totalidad de todas tus dimensiones, porque está en el borde del abismo a la evasión, donde es más fácil moverse con la imagen externa que se proyecta, que con la imagen interna que trasciende.
Autovalorarse es aceptarse, reconocerse, sentirse en el SER que se es en este momento, de modo que la autoafirmación sea una consecuencia de ese valorarse desde la completa desnudez del Alma.
Es ahí donde co-creamos lo que somos, desde lo individual a lo colectivo.
Es ahí donde surgen las respuestas a las preguntas que nos llevarán hacia una evolución en conciencia y compasiva.
Es ahí donde las palabras perderán su sentido frente al canto del latido de nuestros corazones.
Es ahí donde realmente podremos construir sociedades colaborativas e inclusivas.
Es ahí donde las dudas descansarán en la calma y ternura del silencio, sabía manifestación del Akasha.
Es ahí donde nos volveremos uno con la naturaleza, reconectándonos con nuestra esencia, con la verdad.
Autovalorarse es muy distinto a Autoafirmarse...
(FE-2017)
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