Qué es la realidad? Lo que se ve? Lo que se siente? Lo que se interpreta? Lo que evadimos? Lo que olvidamos? Lo que enfrentamos? Lo que recordamos?
Diversos planos tiene la realidad, todos sucediendo en cada infinitesimal de cada instante, en una armoniosa danza cósmica, donde se conjugan todos los aprendizajes, de los que están y los que, suponemos, ya no están.
Esa realidad de los que ya no están, como niño, es difícil de recorrer, sin el acompañamiento amoroso y humilde de un guía, de una luz que te abrigue y proteja.
Los amigos imaginarios, nunca fueron imaginarios. Ángeles de la guarda, guías, seres queridos, maestros... queriendo manifestarse para brindarme su protección y compañía, pero el miedo acompaña esa comunicación sin explicación racional, porque dentro de los cánones normales de la razón, la sin razón no es parte de la verdad, entonces recorrer el camino donde las energías se manifiestan sin disimulo alguno, produce un contrapunto difícil de entender, en donde sólo la energía densa gobierna la realidad y la verdad.
Visitantes en mi dormitorio, se sentaban en mi cama, abriendo la ventana para llamar a otros espectros que buscaban manifestarse, traían mensajes para gentes que vivían a muchas cuadras de mi casa... mi voz se ahogó y el miedo le abrió la puerta a otros mensajes, que no quería ver, que no quería escuchar, que no estaba preparado para transmitir.
La noche caía y no había forma de dormir tranquilo, mi cabeza bajo la almohada tratando de silenciar mi cabeza, forma inconsciente de querer cerrar el chakra de la corona y el tercer ojo.
Más de 20 años pasaron hasta que fueron apareciendo seres luminosos que me fueron mostrando el lado amoroso y humilde de ese camino, mostrándome cómo utilizarlo y cómo ponerlo al servicio, tanto en mi, en un inicio, como en otros, posteriormente.
Así las "realidades" se pudieron conciliar con esta "realidad". Entonces pude aprender ha abrir mi chakra de la corona, junto con activar la pineal, sin miedo a ver más allá de lo evidente, atento y receptivo desde altas frecuencias, para el beneficio mutuo y de todos los involucrados. También pude aprender a cerrarlo para no resentir mi cuerpo físico.
Los invito a explorar esas conexiones, es la forma en la que podremos construir una sociedad más evolucionada, compasiva e inclusiva.
(FE-2020)