Por decirlo de alguna forma, tiempo atrás se me presentó un viaje, un viaje no esperado ni menos buscado, un viaje no deseado, un viaje lleno de oscuridad... por un túnel que me entregaba paradójicamente una tranquilidad, una paz, que no conocía hasta ese entonces y que pocas veces he podido repetir posteriormente.
No habían fronteras entre presente, pasado y futuro, no habían límites entre sueño y realidad, no había ningún espacio entre la vida y la muerte, porque todo era un continuo confluyendo a una sola luz, que se veía muy lejos y es difícil de definir esa distancia, porque la sensación era de que como que estaba en mi mismo.
Habría los ojos y la consciencia mostraba realidades paralelas donde se veía el sin sentido de los sentidos, dado que el tiempo y el espacio no son diferenciables, son sólo distintas manifestaciones para poder desplazarnos por los senderos que nos llevan al descubrimiento del verdadero ser que quiere manifestarse desde nuestro interior.
La visión se nublaba para ver desde el vibrar esencial, no desde el cuerpo físico, no desde el control o descontrol de la mente, no desde el latir descompasado del corazón por la desconexión con los ciclos que realmente gobiernan la naturaleza de la creación o co-creación de la cual somos partícipes y responsables.
Así me vi atravesando el túnel de la más profunda oscuridad que te lleva a la total ausencia de oscuridad, esa luz que inunda todo, donde las sombras, que cuelgan de nosotros con todo el peso de sus lazos y apegos no pueden existir, por la pureza de estar como nadando dentro del mismo sol, dentro de nuestra propia divinidad, dentro de la fuente.
A veces me pregunto por qué volví, el sufrimiento había desaparecido, el dolor había sido borrado de los recuerdos, flotaba en armoniosas frecuencias.
Experiencia de reconciliación con la oscuridad, liberación del miedo y conciencia del gozo a recorrer ese túnel, transmitir que la vida y la muerte no son dos dimensiones separadas y diferentes de nuestro caminar, el viaje es uno sólo en el ahora, las vueltas pueden ser muchas, pero aquí está todo, acá vivimos mientras morimos, acá morimos mientras vivimos... y si no lo gozamos estaremos arrancando siempre de nosotros mismos...
(FE-2018)