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miércoles, 11 de septiembre de 2013

40 años después...


Después de un regional de coaching ontológico en que expuso mi mujer sobre "Afirmaciones y Declaraciones", me quedé pegado con la siguiente pregunta: ¿por qué esperar a que te pidan perdón, si tú lo puedes ofrecer?

Sólo un acto así realmente nos liberará, porque viene desde la compasión, desde lo más profundo de nuestro ser, lo otro, no, porque viene desde nuestro ego, que no es per se malo, sólo que siempre genera que nos excusemos culpando a otros para no mirarnos. 


Así que primero debemos ofrecernos el perdón, a nosotros mismos, por todo lo que hicimos y lo que no, consciente o inconscientemente, para luego, ofrecer el perdón a los demás, por lo que hicieron y lo que no, conscientes o inconscientemente. 

Por lo anterior, siento, quizás al revés de muchos, que sólo una vez que ofrezcamos nuestro perdón podrá haber verdad y justicia, porque de esa forma podremos tener una mirada sana y constructiva, sin odios y resentimientos mutuos, que nos permitirá sentirnos livianos para conversar y así poder decirnos todo, mirándonos a los ojos, por el mayor bien y beneficio mutuo. 

Poner la verdad y la justicia como requisito al perdón, genera círculos viciosos difíciles de cortar y que nos estanca en sentimientos, pensamientos y energías oscuras.

Otra cosa que siento es que cuando se habla de verdad y justicia, muchas veces parece más a revancha o venganza (de ambos lados), perdiéndose el sentido del acto de reconciliación. 

Estoy consciente que el acto de ofrecer el perdón antes de la verdad y la justicia, suena a imposible, pero de lo imposible surgen los desafíos, las oportunidades, los ideales, la vida misma. 

Nuestras acciones son causas y efectos de otras acciones, y viceversa, por lo cual debemos ser responsables, coherentes, consistentes y conscientes, sino qué sociedad y país heredarán nuestros hijos? y sus hijos?... hasta cuándo seguiremos avivando una energía que no nos permite avanzar y que sigue fomentando la desigualdad, el abuso, la intolerancia... 

Que tengan una tarde mansa y tranquila para reflexionar sobre la sociedad y el país que queremos construir, que nos merecemos, que nuestros hijos exigen.

(FE-2013)

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